El presidente de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), Juan Pablo Piccardo, anunció oficialmente que el sábado 12 de este mes se cerrará la línea A del subte para reemplazar los vagones antiguos. Estimó que el servicio se retomará el 8 de marzo. La medida de la administración de Mauricio Macri fue criticada por la oposición porteña, el gobierno nacional y los metrodelegados.
Piccardo justificó el cierre de la línea A por la necesidad de realizar adecuaciones que implican cambio de potencia, alistamiento, prueba de coches y capacitación de guardas y conductores. "De otra forma, el cambio de formaciones llevaría no menos de 8 meses con los antiguos coches en marcha, tiempo inaceptable de acuerdo a las recomendaciones de la auditoría técnica realizada por el Metro de Barcelona", expresó el funcionario.
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, brindó el miércoles pasado una conferencia de prensa en la que adelantó que “en los próximos días” los equipos técnicos del Sbase y de Metrovías resolverían la fecha de comienzo del reemplazo de la flota de vagones más antiguos que tiene el subte.
Macri afirmó que buscan que se haga “en el menor tiempo posible”. “Creemos que el plazo técnico va a rondar los 60 días”, indicó. “Este gobierno ha sido el que más obras hizo en los últimos treinta años en la Ciudad. Todas ellas inevitablemente traen momentos de incomodidad durante el proceso de construcción, reforma y transformación”, aseguró Macri.
Desde el gobierno nacional, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, fue el encargado de criticar la medida. “Macri tardó un año en hacerse cargo de los subtes y lo primero que hace es anunciar que va a cerrar el servicio de la línea A y que va a aumentar la tarifa. No le interesan ni los usuarios ni los comerciantes”, afirmó el funcionario nacional.
“Sólo le interesan los anuncios marketineros. Podría haber duplicado la red durante estos cinco años. No entiende la importancia del transporte público”, fustigó. Randazzo recordó las diversas obras que el gobierno nacional hizo en la línea A y destacó que “nunca se interrumpió el servicio y se hicieron por la noche para no perjudicar a los usuarios. Sólo la insensibilidad de Macri puede justificar el cierre total por 60 días. Es una verdadera locura”.
En tanto, el secretario general de los metrodelegados, Roberto Pianelli, criticó el cierre y aseguró que Macri "no tiene en claro dónde quiere ir" y que el PRO "no tiene un proyecto para el subte". El delegado gremial recordó que "en todas las líneas se cambiaron trenes y el subte no se paró ni 10 minutos", y opinó que "lo que quieren es generar un hecho de impacto: cambiar los coches, dar una lavada de cara a la línea y hacer la gran inauguración".
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